VISIÓN DEL CARNERO Y DEL MACHO CABRÍO
8 En el año tercero del reinado del rey Belsasar me apareció una visión a mí, Daniel, después de aquella que me había aparecido antes. 2 Vi en visión; y cuando la vi, yo estaba en Susa, que es la capital del reino en la provincia de Elam;…
Susa, mencionada como la capital de Elam en textos antiguos, está ubicada en lo que hoy es el suroeste de Irán. El sitio arqueológico de Susa (actualmente conocido como Shush) se encuentra en la provincia iraní de Juzestán.
Susa (capital de Elam) ya había sido conquistada por los babilonios, pero posteriormente se convirtió en una de las principales ciudades del Imperio Persa bajo el mando de Ciro el Grande (c. 550 a.C.). Para cuando Daniel vivió, Susa era un centro administrativo de gran importancia para los persas. En Daniel 8:2, el profeta menciona que estaba en la «ciudadela de Susa» (o «palacio de Susa») en una visión, lo que resalta la importancia de la ciudad en el contexto de la revelación que recibió.
… vi, pues, en visión, estando junto al río Ulai1. 3 Alcé los ojos y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, y tenía dos cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era más alto que el otro; y el más alto creció después.
4 Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quien escapase de su poder; y hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía.
5 Mientras yo consideraba esto, he aquí un macho cabrío venía del lado del poniente sobre la faz de toda la tierra, sin tocar tierra; y aquel macho cabrío tenía un cuerno notable entre sus ojos. 6 Y vino hasta el carnero de dos cuernos, que yo había visto en la ribera del río, y corrió contra él con la furia de su fuerza.
7 Y lo vi que llegó junto al carnero, y se levantó contra él y lo hirió, y le quebró sus dos cuernos, y el carnero no tenía fuerzas para pararse delante de él; lo derribó, por tanto, en tierra, y lo pisoteó, y no hubo quien librase al carnero de su poder. 8 Y el macho cabrío se engrandeció sobremanera; pero estando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo.
9 Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra gloriosa. 10 Y se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra, y las pisoteó. 11 Aun se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra. 12 Y a causa de la prevaricación le fue entregado el ejército junto con el continuo sacrificio; y echó por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó. 13 Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados? 14 Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado.
15 Y aconteció que mientras yo Daniel consideraba la visión y procuraba comprenderla, he aquí se puso delante de mí uno con apariencia de hombre. 16 Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que gritó y dijo: Gabriel, enseña a este la visión. 17 Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y me postré sobre mi rostro…
EXPLICACIÓN DE LA PROFECÍA DE DANIEL 8
Podemos decir que hay diversas posturas en cuanto a cómo interpretar esta profecía, las cuales considero convenientes de consultar por sus puntos fuertes y débiles. Aquí trataremos de seguir lo que el ángel le replica a Daniel, y así iremos mencionando aquella posible explicación que, hasta la fecha, nos ha resultado más clara. Además, mencionaremos cualquier punto fuerte o débil que encontremos en el camino.
Algo que nos puede ayudar es seguir esta tabla:
Gabriel empieza explicando a Daniel lo que acababa de ver:
Pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del fin.2
Lo primero que Gabriel le dice a Daniel es que lo que él había visto, era para el tiempo del fin, por lo que primero deberíamos preguntarnos: ¿Cuál es ese tiempo?
Este versículo es uno de varios que hacen que cierto grupo de la comunidad bíblica entienda que no puede referirse a Alejandro Magno, aunque su vida evidentemente encaja demasiado bien con varios rasgos que se explican en esta profecía. Más bien, se considera que se trata de un guiño a aquel personaje que sería el enemigo final de la fe en los últimos tiempos. Sin embargo, debemos leer y considerar todas las posturas para ver si realmente tienen sentido.
Pero en vez de distraernos, veamos que le sigue diciendo Gabriel a Daniel:
18 Mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie. 19 Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin.
Nuevamente Gabriel hace hincapié en que es para el fin, pero ahora le añade que es para el fin de la ira, lo cual nos sigue dando pistas del posible tiempo al que esto se refiere.
Los posibles candidatos son:
1. El fin de los tiempos, donde la ira sería aquella del cordero mencionada en el último libro de la Biblia (Apocalipsis 6:16-17).
2. El fin del cautiverio y vuelta a ser nación. La ira sería simplemente ese castigo impuesto por el Señor (2 Crónicas 36:15-17 y Ezequiel 5:13).
20 En cuanto al carnero que viste, que tenía dos cuernos, estos son los reyes de Media y de Persia.
21 El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey primero.
Aqui se está mencionando que es el rey primero, por lo que una de las cosas que seriamente se deben considerar es pensar que se trata de Alejandro Magno, la persona que se encargó de destruir a los Medos y los Persas.
22 Y en cuanto al cuerno que fue quebrado, y sucedieron cuatro en su lugar, significa que cuatro reinos se levantarán de esa nación, aunque no con la fuerza de él.
Después de la muerte de Alejandro Magno en el año 323 a.C., su vasto imperio se dividió entre sus generales, quienes lucharon por el control en lo que se conoce como las «Guerras de los Diádocos» (sucesores). Eventualmente, cuatro de estos generales lograron consolidar territorios y establecer dinastías que durarían varios siglos. Estos generales fueron:
Ptolomeo I Soter – Territorio: Egipto.
Ptolomeo fundó la dinastía Ptolemaica en Egipto, que gobernaría durante casi 300 años, hasta la conquista romana. Su capital fue Alejandría, la cual se convirtió en un importante centro cultural y comercial. Cleopatra VII fue la última de los Ptolomeos. Ptolomeo también fue responsable de asegurar el cuerpo de Alejandro y enterrarlo en Egipto, lo que le dio gran legitimidad.
Seleuco I Nicátor – Territorio: Asia (Siria, Mesopotamia, Persia, y parte de la India).
Seleuco se estableció como el fundador del Imperio Seléucida, que abarcaba gran parte de Asia occidental. Fue uno de los generales que expandió su territorio más allá de las fronteras originales del imperio de Alejandro. Su dinastía jugó un papel crucial en la historia de la región hasta que el imperio fue absorbido por Roma.
Casandro – Territorio: Macedonia y Grecia.
Casandro fue uno de los principales actores en las luchas por el poder en Macedonia y Grecia. Aunque no tenía la ambición de conquistar vastos territorios como otros generales, se aseguró de controlar Macedonia, la patria de Alejandro. Fue responsable de la muerte de la madre de Alejandro, Olimpia, y la ejecución de la esposa y el hijo de Alejandro.
Lisimaco – Territorio: Tracia y Asia Menor.
Lisimaco gobernó Tracia y más tarde se expandió hacia Asia Menor. Fue un líder que, aunque comenzó como un general relativamente menos destacado, se consolidó como uno de los principales sucesores al obtener vastas regiones. Sin embargo, su dominio terminó en 281 a.C., cuando fue derrotado por Seleuco.
23 Y al fin del reinado de estos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un rey altivo de rostro y entendido en enigmas. 24 Y su poder se fortalecerá, mas no con fuerza propia; y causará grandes ruinas, y prosperará, y hará arbitrariamente, y destruirá a los fuertes y al pueblo de los santos. 25 Con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se engrandecerá, y sin aviso destruirá a muchos;…
Este segmento es donde los conflictos entre posturas se incrementan, ya que un gran grupo de personas afirma que este rey altivo entendido en enigmas se trata de Antíoco IV Epífanes. Personalidad del imperio griego que surgió aproximadamente 90 años después de la muerte del último soldado de Alejandro que participó en la famosa división del imperio en cuatro secciones.
ANTÍOCO Y LA ABOMINACIÓN DESOLADORA
La abominación desoladora en tiempos de los macabeos fue realizada por Antíoco IV Epífanes, rey del Imperio Seléucida. Este evento es clave en la historia judía y en el contexto de la rebelión macabea, que culminó en la restauración de la independencia judía durante un tiempo.
Antíoco IV intentó helenizar a los judíos imponiendo costumbres y creencias griegas en Judea. En el año 167 a.C., como parte de su política, cometió lo que se conoce como la abominación desoladora al profanar el Templo de Jerusalén:
- Instalación de un altar pagano: Antíoco ordenó erigir un altar al dios griego Zeus en el Templo de Jerusalén. Este altar fue colocado sobre el altar de los sacrificios del templo judío.
- Sacrificio de animales impuros: En ese altar, se ofrecieron sacrificios de cerdos, animales considerados impuros según la Ley judía, lo que fue visto como una grave profanación y una afrenta a las creencias del pueblo judío.
Este acto de profanación provocó una reacción furiosa entre los judíos, lo que desembocó en la rebelión de los macabeos, liderada por Judas Macabeo y su familia. La rebelión culminó con la victoria de los macabeos, la purificación y rededicación del Templo en el 164 a.C., un evento que se conmemora en la festividad judía de Janucá.
La abominación desoladora también es mencionada en el libro de Daniel (9:27; 11:31; 12:11), profecías que muchos estudiosos relacionan con este evento histórico en el período seléucida.
Al leer todo lo anterior parece ser innegable que este personaje se trata de Antioco, pero los representantes de la otra postura argumentan que todavía falta un pedazo y que es complejo relacionar a Antíoco con el siguiente versículo:
… y se levantará contra el Príncipe de los príncipes, pero será quebrantado, aunque no por mano humana.
Antíoco IV Epífanes murió en el 164 a.C. mientras estaba en campaña militar en Persia. Existen algunas versiones sobre las circunstancias de su muerte, pero la más aceptada es que murió de una enfermedad súbita, posiblemente algún tipo de aflicción mental o física grave. Según algunos relatos históricos, como el del libro de los Macabeos, su muerte fue interpretada como un castigo divino por las profanaciones y persecuciones que había realizado contra el pueblo judío, incluyendo su intento de helenizar Judea y la profanación del Templo de Jerusalén.
Antíoco IV estaba intentando recaudar fondos en Persia para continuar sus campañas militares, incluyendo la reconquista de Judea, cuando murió. Su fallecimiento fue un momento clave en la historia del Imperio Seléucida, ya que marcó el declive de su control sobre Judea y otros territorios, y permitió que los macabeos avanzaran en su lucha por la independencia judía, que culminó en la rededicación del Templo y la celebración de la festividad de Janucá.
Aunque aqui vemos que la teoría sobre la muerte de Epífanes, encaja con la parte de no morir por mano humana, para poder explicar lo de que se levantaría contra el principe de principes, sigue siendo una debilidad marcada de esta potente teoría, ya que habría que hacer conjeturas que no sabemos si el lector querrá hacer, le animamos por su cuenta intentar encajar este pedazo de este rompecabezas y mandarnos su solución por correo.
La manera milenial para encajar esta teoría ha sido como por ejemplo, el pueblo judío ha traducido lo que hoy llega a nosotros como «El Principe de los principes»:
Aquí vemos que a menudo se traduce como «jefe de los jefes», lo cual nos abre la posibilidad de que no se refiera necesariamente al mesías. Sin embargo, debemos evaluar si es viable interpretarlo de esa manera, ya que muchos maestros judíos tienen experiencia en traducir versículos con otro sentido para tratar de desviar el posible vínculo mesiánico con la figura de Jesús. Un ejemplo de esto es Isaías 7:14, donde han intentado negar que se refiera a una virgen, interpretándolo en cambio como «joven».
¿Puede ser interpretado cómo jefes de jefes?
Si leemos la concordancia Strong, parece ser que sí:
En este contexto, muchos estudiosos sugieren que el «príncipe» podría tratarse del sumo sacerdote de la época Onías, quien fue perseguido y asesinado durante el reinado de Antíoco.
Es importante resaltar que porque algo sea posible, no implica que necesariamente sea así, pero esta es la interpretación que más sentido nos ha hecho hasta el momento.
LAS 2300 TARDES Y MAÑANAS.
26 La visión de las tardes y mañanas que se ha referido es verdadera; y tú guarda la visión, porque es para muchos días.
Aqui vemos como Gabriel le dice a Daniel, que el número de las tardes y mañanas que se le dió era verdadera y era para muchos días.
La cantidad de días dados fueron: ‘‘Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado’’
Para entender desde un principio el decir tardes y mañanas, es un modismo hebreo para referirse a un día como tal, pero evidentemente, orientados a la profecía recibida por Daniel, no se referían a 2300 días literales que son aproximadamente 6.3 años, sino que se refería a un año por cada día, esto es bien fácil de demostrar. Ya sea citando:
«Y cumplidos éstos, te acostarás sobre tu lado derecho segunda vez, y llevarás la maldad de la casa de Judá cuarenta días, día por año, día por año te lo he dado. (Ezequiel 4:6)
O simplemente preguntándonos: ¿2300 días después de la visión de Daniel, fue el santuario purificado?
La respuesta es obviamente que no, ya que el templo siquiera había sido autorizado para ser construido. Alguien podría querer ver esto de manera simbólica o espiritualizarlo al máximo nivel, pero, honestamente, nosotros nos reservaremos ese derecho y continuaremos por lo que consideramos como el camino correcto: 1 año = 1 día.
Si tomamos la visión de Daniel en Susa como un punto de referencia en el tiempo, se sitúa alrededor del 550 a.C. Al añadir 2300 años, llegaríamos aproximadamente al 1750 d.C.
Este período de 2300 años abarca una gran cantidad de eventos significativos en la historia mundial, incluyendo la expansión de las naciones europeas, la Revolución Industrial, cambios en las dinámicas sociales y políticas, y el surgimiento de movimientos religiosos y filosóficos. Sin embargo, no hay un evento específico universalmente reconocido que se vincule directamente con esa fecha en el contexto de la profecía de Daniel.
Como al sumar días y años no podemos llegar a ver que ocurre algo, eso quiere decir que, al menos, estamos tomando un punto de origen equivocado si nos basamos en el principio de la inerrancia bíblica. Podría ser eso, o simplemente que el evento no ha ocurrido porque puede hacer referencia a un tiempo futuro que quizás no hemos vivido. En verdad, no sabría explicarlo. Sería soberbia decir: «evidentemente, esto es lo que significa».
INTERPRETACIÓN ADVENTISTA DE LA PROFECÍA DE LOS 2300 DÍAS
Dentro del contexto adventista, se interpreta que los 2300 días comienzan en 457 a.C. (con la orden de Artajerjes para restaurar y edificar Jerusalén) y culminan en 1844 d.C., momento que se considera el inicio del juicio investigador en el cielo.
Esta es la explicación de esta profecía que se presenta en los entornos adventistas para justificar el nacimiento de su movimiento, que curiosamente nació en 1844. O es la coincidencia mejor aprovechada de la historia, o es una evidencia tan descarada de cumplimiento profético que nuestro orgullo no nos deja ver, a pesar de que esté allí. No lo sé, pero lo que sí sé es que debía mencionar, por lo menos, esa postura que se sostiene en esos contextos.
Si a usted le gustaría aportar la postura de los 2300 días de su denominación, siéntase libre de enviarnos por correo y será añadida a esta investigación sin ningún problema.
27 Y yo Daniel quedé quebrantado, y estuve enfermo algunos días, y cuando convalecí, atendí los negocios del rey; pero estaba espantado a causa de la visión, y no la entendía.
Una cosa es evidente aqui, el profeta quedó enfermo de lo exigente que fue esta visión, y no solo quedó enfermo sino que quedó espantado y no la entendió.
CONCLUSIÓN
En conclusión, no sabemos a ciencia cierta, como se cumple cada detalle descrita en esta profecía. La postura de Epífanes como le llamamos, tiene bastante puntos fuertes inclusive si añadimos la extensión de esta la cual sería la postura adventista mencionada, pero no podemos ignorar que hay secciones que dan destellos de que quizá sea otra persona. No podemos obviar el hincapié en aquel tiempo del fin que tanto mencionó el Angel Gabriel. Quizá se trata de una profecía de doble cumpliento que pasa primero por Alejandro y desemboca en una especie de fusión entre la figura de Epífanes y el anticristo, no sabemos, pero lo que sí sabemos es que debemos vivir una vida en justicia y obediencia para que podamos soportar aquella abominación desoladora que nos dijo el maestro:
Mateo 24:15-25
15 …cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora, de la que habló el profeta Daniel, el que lea, entienda.»
16 «Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes.»
17 «El que esté en la azotea, no descienda a tomar algo de su casa.»
18 «Y el que esté en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa.»
19 «Mas ¡ay de las que estén en cintas y de las que críen en aquellos días!»
20 «Por tanto, orad que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo.»
21 «Porque habrá entonces gran tribulación, cual no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.»
22 «Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.»
23 «Entonces, si alguno os dijere: ‘Mirad, aquí está el Cristo’, o ‘Está allí’, no lo creáis.»
24 «Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y maravillas, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.»
25 «He aquí, os lo he dicho antes.»
Este fragmento del libro de Mateo nos indica que, aunque hoy en día es muy común llamar «abominación desoladora» a lo que hizo Antíoco Epífanes en el tiempo de los Macabeos, pero la realidad es que Jesús dijo que todavía hacía falta otra o quién sabe si la verdadera abominación desoladora, y nos lo advirtió. Ya el conflicto de sobre si esta profecía de Jesús se cumplió en el año 70 o no, lo reservaremos para otro análisis.
Recuerde:
‘‘Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal. Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.’’ (Tesalonisenses 5:21-23)
- El río Ulai, mencionado en la Biblia, especialmente en el libro de Daniel 8:2, está generalmente identificado con un canal o afluente cercano a la ciudad de Susa, en la región de Elam. Sin embargo, la identificación exacta del Ulai ha sido objeto de debate entre los estudiosos.
Algunos estudiosos han identificado el Ulai con un canal artificial o una de las ramas del río Karún, el cual es un río principal en el suroeste de Irán, que fluye a través de la provincia de Juzestán, donde se encontraba la antigua ciudad de Susa. La cercanía geográfica entre Susa y el Karún, así como su importancia en la región, ha llevado a algunos a pensar que el Ulai y el Karún podrían estar conectados de alguna manera. ↩︎ - Las palabras para referirse al tiempo del fin aqui en Daniel son: לְעֶת־קֵ֥ץ, se le recomienda investigar al lector por su cuenta sobre este concepto del tiempo del fin, aunque es probable que en un futuro tengamos ese artículo subido en esta plataforma. ↩︎